Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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1506
Legislatura: 1893-1894 (Cortes de 1893 a 1895)
Sesión: 5 de julio de 1893
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Réplica
Número y páginas del Diario de Sesiones: 72, 2236-2237
Tema: Proposición relativa a la continuada crisis del Gobierno y a la inestabilidad de los proyectos que presenta a las Cámaras

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Yo debí explicarme muy mal cuando el Sr. Cánovas del Castillo comprendió que yo había dicho que los servicios del Estado en España no podían ser peores. No fue esa mi idea, porque yo reconozco, y lo he dicho muchas veces, que la Administración, aunque no es perfecta en España, va adelantando mucho de tiempos atrás, pero no se puede negar que está muy lejos de ser perfecta en casi todos los ramos del Estado.

Por ejemplo, el ejército español y la marina española no pueden ser mejores, pero ¿está bien organizado el ejército de la manera que lo está? (El señor [2236] Cánovas del Castillo: Con el dinero que se le da, sí.)

Todavía con este dinero se puede organizar mejor, porque tener 15 Capitanías generales es un verdadero anacronismo, como lo es que haya un capitán general de distrito con sus dos entorchados y con su faja, que mande tres batallones.

Así no está organizado ningún ejército en ningún país.

Por consiguiente, ¿qué tiene que ver eso con que el ejército sea bueno? El ejército es excelente, pero no está bien organizado. Esto no se puede negar.

En los tribunales de justicia ocurre lo mismo. La justicia es superior, pero no estará tan bien organizada, cuando en la actualidad hay 17.000 causas atrasadas.

Así pues, ¿es que la mejora en la organización del ejército, como en la de los demás ramos de la Administración, se puede temer que se eche a perder? No hay el temor de que en estas condiciones se eche a perder tanto, como si se tratara de una organización de servicios admirable. Este fue mi argumento, y este argumento lo repito ahora.

De seguir la actual organización de la justicia resultará que habrá esas 17.000 causas atrasadas, y que no sólo no se podrá hacer economías, sino que habrá que aumentar el presupuesto de Gracia y Justicia en más de un millón de pesetas. Pues yo digo: si la organización es tan mala que hay 17.000 causas atrasadas y habrá que imponer un nuevo sacrificio de un millón de pesetas, ¿podemos seguir con la organización actual? Pues hay que intentar variarla. ¿Cómo? Vamos a ver si acertamos; esa es la cuestión, ni más ni menos. Si las causas estuvieran al corriente y se pudiera hacer alguna economía dentro de la actual organización, claro es que habría peligro y temeridad en tocarla; pero no habiendo nada de eso, es deber elemental del Gobierno intentar la modificación de esos organismos.

Por lo demás, yo creo que el Sr. Cánovas del Castillo está equivocado en cuanto a la responsabilidad del partido liberal, por lo que se refiere a lo ocurrido con las autorizaciones que pidió el partido conservador, porque las tres autorizaciones negadas no lo fueron por el partido liberal; lo que hay es, que el partido liberal tuvo que transigir con el republicano, porque en principio éste no dejaba pasar ninguna autorización. El partido liberal creyó que algunas de las autorizaciones que pedía el conservador, le eran necesarias para gobernar, y no se las negó entonces, como no negará ninguna facultad que, para gobernar, necesite el partido adversario. Entonces se vino a una especie de transacción y el partido republicano se conformó con que no se dejaran pasar como simples autorizaciones tres de las que se pedían, sino que quedaran para ser discutidas después en leyes especiales; pero mal podía el partido liberal oponer la obstrucción a una de esas autorizaciones, cuando había dejado en completa libertad a sus individuos. Tenían libertad para votar en uno u otro sentido; pero no había medio de aprobar todas las autorizaciones.

De modo, que el partido liberal no negó las autorizaciones al partido conservador; lo único que sucedió fue que, para salvar el principio de una minoría republicana quería conservar íntegro, de oponerse a toda autorización, porque en su sistema no entraba, según decía, conceder autorización ninguna a ningún Gobierno, y menos a un Gobierno adversario, el partido liberal tuvo que transigir, en bien del Gobierno conservador, con la minoría republicana. conste eso, y yo desearía (no lo he echado de menos hasta ahora) que la conducta del partido conservador para con el Gobierno liberal fuese igual en todo caso a la del partido liberal con el Gobierno conservador. (Rumores en la minoría conservadora.) A los hechos me remito.



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